En los años 30, Stein organizó cuatro expediciones arqueológicas a Irán. Estudiaba el mundo iraní y al final de su tercera expedición a Asia Central ya había visitado las fronteras orientales con Afganistán. Conocía bien los acontecimientos y lugares relacionados con la conquista de Alejandro Magno de Persia, y había encontrado influencias iraníes en documentos escritos y objetos de arte mientras seguía la Ruta de la Seda.
		
		
En enero de 1932 visitó el Baluchistán persa y viajó a Kerman. Para esta breve expedición empleó a un ayudante húngaro, el joven especialista en India Károly Fábri (1899-1968). En septiembre salió de nuevo hacia Irán y durante su segunda expedición, de 1932 a 1933, continuó sus exploraciones en el Golfo Pérsico, pasando por Minab, Ormuz, Bandar Abbas y el área costera de Laristán a Bushire. 
		
En esta tercera expedición (1933-1934) viajó a los extremos orientales, mientras que en la cuarta expedición a Irán (1935-36) lo haría desde los extremos occidentales hasta el Kurdistán iraní. Durante estas expediciones excavó lugares datados desde el neolítico hasta el período islámico.