El siglo XIX fue un período plagado de vicisitudes y logros espectaculares en la historia húngara. Durante las primeras dos décadas, un movimiento de reforma emergió en Hungría bajo el gobierno opresor de los emperadores habsburgo de Austria. Pretendía incrementar el progreso civil y lograr la independencia nacional. Para alcanzar estos objetivos y fomentar y promover la lengua y la cultura húngaras, se crearon instituciones nacionales como el Museo, la Biblioteca y la Academia Húngara de Ciencias.

El movimiento revolucionario que agitó Europa en 1848 al alcanzar Hungría dio lugar a la Guera de Independencia. La lucha húngara por la libertad fue ahogada en menos de dos años. Siguió una época de represión y represalias. En 1867, cinco años después del nacimiento de Stein, se llegó a un compromiso histórico. Con el ascenso de la Monarquía Dual austrohúngara, Hungría recuperó su independencia. Comenzó entonces un desarrollo a gran escala, económico, cultural y científico. En 1873, Budapest fue designada la nueva capital y pronto se transformó en una de las ciudades más dinámicas de Europa.

Este momento histórico en tiempo y lugar dejó a Stein un legado especial al haber sido su familia, burgueses de actividad mercantil e industrial así como intelectuales, una de las que tomaron parte activa tanto en las luchas por la libertad como en el desarrollo económico y cultural del país.